El arándano rojo tiene una larga historia de uso por las tribus de nativos para el tratamiento de enfermedades urinarias.
Los frutos de arándanos son una buena fuente de proantocianidinas, un nutriente que pertenece a la familia de los flavonoides y con potente efecto antioxidante.
Las proantocianidinas funcionan protegiendo y fortaleciendo el colágeno y la elastina, proteínas que se encuentran en los vasos sanguíneos así como en cartílagos, tendones, piel y músculos. Destacando su efecto vasoprotector.