Aunque existen varias especies dentro de este género, las más utilizadas son las especies Echinacea angustifolia (América) y Echinacea purpurea (Europa).
Equinacea angustifolia se utilizaba como antídoto en mordeduras de serpiente y otros envenenamientos y Equinacea purpurea en el tratamiento de úlceras causadas a los caballos por las sillas de montar.
Se utilizan las raíces, y contienen un % elevado de ácidos fenólicos, como el ácido cafeico y sus derivados. Poseen además compuestos alifáticos insaturados, especialmente aquilamidas, ácidos grasos y alcanos, flavonoides, polisacáridos, aceite esencial y una pequeña cantidad de alcaloides.
Los extractos de Equinácea poseen actividad inmunoestimulante, antioxidante, antiinflamatoria y cicatrizante.
La Equinácea incrementa las defensas del organismo. Y posee actividad antioxidante por sus derivados fenólicos.
La Equinácea parece ser eficaz en tratamiento de infecciones del tracto respiratorio, infecciones del aparato urogenital y para aumentar las defensas en los tratamientos con quimioterápicos.